http://ferliteraria.blogspot.com.es/

Translate

miércoles, 11 de mayo de 2022

HAIKUS (contra la guerra en Ucrania)

 


CRISTÓBAL ENCINAS SÁNCHEZ

I

Y más que nunca

va la guerra anulando

vidas profundas.

II

Calles oscuras,

se cierran muchas puertas

a lo que ocurra.

III

El cielo se abre,

disparos y granadas,

las casas arden.

IV

La muerte ronda

por alcobas y sótanos

antes del alba.

V

El buen soldado

que derribó el misil

su vida ha dado. 

VI

No me acostumbro

a oír llorar a un pueblo

por sus difuntos.

VII

Plazas sembradas

de miedo y de terror

rompen el alma.

VIII

Claman los cantos,

redoblan las campanas,

brotan las lágrimas.

IX

Llena de besos

vendrá la primavera

y no de guerras.

X

Nacieron niños

por amor de otros pueblos

tras las fronteras.

RENOVARSE

 

CRISTÓBAL ENCINAS SÁNCHEZ

    Siempre averiguando cosas. Todo tiene un trasfondo y unas reglas específicas, y está pensado para que cualquier posibilidad, o eventualidad, que se te pueda ofrecer se resuelva. Discrepo con los medios tecnológicos de que disponemos, de que cualquier persona mayor o de cierta edad pueda abocarse a una aventura del saber continuada si esta no lo desea. Nos saturamos y queremos estar libres, sin ataduras, nada por hacer, nada que implementar; simplemente, permanecer contemplativos como en una cura de sueño. Una cosa detrás de la otra, sin agobios ni angosturas, como antes. Porque antes las expectativas estaban claras, a largo plazo. Te decían, muy convencidos, cuando eras joven: "Te estás preparando para el día de mañana". Y la labor diaria consistía en ir almacenando información, sabiduría en todos los campos posibles, como si fueras echando los preparativos necesarios en una gran maleta ante un próximo y alucinante viaje. Las cosas han cambiado tanto que hay demasiadas de ellas que conllevan unas obligaciones exhaustivas, cansadas, solitarias e incontables para nadie. Recuerdo ahora la frase de "Renovarse o morir", y aunque no soy muy afín a ella, sí presiento que hay que levar anclas y aligerar nuestro bagaje. A veces, nos sentimos solos, pero hay que cambiar y seguir caminando.

CAVILA EL TIEMPO

 CRISTÓBAL ENCINAS SÁNCHEZ

                  El tiempo pasa y la vida se repite, parece que no ha cambiado nada. "Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos", decía el poema. ¡Y es verdad!; atrás quedó parte de nuestra esencia, de nuestra fisionomía, de nuestro ser. Son historias pasadas que ya no nos satisfacen porque siguen siendo inasumibles en nuestros hábitos, en la actitud de personas amigas que conocemos –¿es que todos los que creíamos que eran los son ahora?–. Nos hemos quitado las mascarillas en varios aspectos y no nos reconocemos. Hemos aprendido a hacerlo por la silueta, por el vocabulario empleado, incluso por nuestras ausencias en otros órdenes. Por lo tanto, no es una imagen fiel la que mostramos, tampoco es la que nos reflejan los demás ni la que de nosotros mismos tenemos. Pero no queda ahí la cosa. Sería tan feliz si estas miserias, indebidamente creadas en dos años, desaparecieran.

                Los chinos no dejan pasar en balde ni un contagio, con lo que esto conlleva de  enclaustramiento, de frustración y de vejación. Nosotros tenemos más libertad personal para asumir responsabilidad ante la pandemia. Nos hemos convencido de quitarnos las mascarillas y el tiempo, que cavila a nuestro lado, nos alumbrará luz para que volvamos a ponérnoslas. Ojalá que acierte y, de una vez, tienda la incidencia acumulada a cero.