EL GUARDIÁN DEL
SEDIMENTO
Cristóbal Encinas Sánchez
Están
pensativas, deseosas, las obras expuestas temporalmente en el Museo de Jaén.
Saben ellas que les quedan pocas horas de ser contempladas, ambicionadas para ser
desposeídas de sus enclaves y espacios.
Solo uno de los artistas, a la última
hora, les da una ronda de despedida. Algunas de las pinturas, fotografías,
esculturas o expresiones más cultas y
elocuentes pasarán a una estancia de más vida. Otras, sin embargo, tendrán un
período de inactividad en la que permanecerán dispuestas a enseñar sus virtudes
y proclamar sus insinuantes propuestas y los motivos por los cuales fueron
creadas.
Las obras
que tanto han significado en esta exposición, serán retiradas hoy, para dar paso
a otras que renovarán los temas de siempre: descripciones de paisajes,
actitudes y personajes, en definitiva los sedimentos que nos va dejando la vida
y que, gracias a ellos, prosperamos. El último artista, que vigila, pondrá fin a
este generoso acontecimiento, al escribir una nota en el libro de registro de invitados
que se prestan a dar su opinión sobre las sensaciones allí recibidas: ¡Que la
próxima temporada se vuelvan a abrir tus puertas para ser visitado, cuando te
vistan otra vez de esos magníficos estandartes cargados de sueños, para ser
trasegados a todos tus visitantes!
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