ENSEÑOREÁNDOTE Cristóbal Encinas Sánchez
Más me importa de ti el brillo de tus ojos, cómo mantienes tu garbo y tu lozanía. Esa destreza en todo tu cuerpo que te redondea el espacio y te hace volar. Que el día no se te haga interminable por no romper la exhaustiva dieta que te has impuesto. Sé feliz a cada momento, para así camuflar esos kilos que solo pretenden enseñorearte, piropeándote, porque tu cara irradia, como un sol, todas las esperanzas que te contienen.
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