CRISTÓBAL ENCINAS SÁNCHEZ
Tengo en mi memoria la imagen de cómo un hombre del campo era
capaz de cargar dos sacos llenos de aceituna, sin serón y sin ayuda de nadie,
sobre una bestia. Primero echaba una soga doble sobre el aparejo o albarda. De
un empellón elevaba uno de los sacos, horizontalmente, posándolo sobre la parte
más alta de la albarda. Después lo rodeaba con la soga y la pisaba para
sujetarlo. Acto seguido se disponía a cargar el segundo saco de la misma
manera. Una vez enlazados, empujaba hacia arriba para que el primero encontrara
su posición, quedando los dos bien alineados. Le podía echar un tercer saco,
teniendo consideración con el semoviente según sus fuerzas y la distancia
a recorrer hasta el almacén o molino. Por último, reataba fuertemente los
sacos a la albarda del animal, haciendo un todo compacto y seguro paquete.
Nota:
La cincha es el primer elemento de sujeción del aparejo al cuerpo del animal y
debe de estar bien prieta, porque de no ser así, durante el transporte la
carga se desequilibra, se afloja y puede volcarse, girando todo alrededor
de su cuerpo. Entonces "el aparejo se le viene a la barriga", con el
consiguiente peligro de accidente.
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