ELOGIO AL ROSCO Y AL
VINO Cristóbal
Encinas Sánchez
Mi trabajo me ha costado: he pesado, he cortado y bien medido; frito y azucarado después
me lo he comido. No sé si en algo he fallado, si en el freir o enrollar, pero
guay me lo he pasado al sopesar y raspar, más
poniendo que quitando encerrado en la
cocina. Montando las claras, removiendo con la harina y
añadiéndole un vasito de anisete a la
leche, un puñado de canela. No me enfadó
el resultado: el sabor me
entusiasmó del rosquete, y más si está bien formado.Sacarlos de la sartén en su punto justo, y no
quemados , por dos veces espolvoreados, porque así quedan al gusto.
Después, sentarme a la lumbre, fui a posar como es costumbre en invierno para sacar de
vino añejo la bota, buen pellejo, con un tiesto de garbanzos y rosetas, una orcilla de aceitunas aliñadas con romero y con tomillo y una tira
de tocino, no muy fino, de unos dos dedos de grueso. ¡Ahí va eso! Medio quemado
el torrezno, es delicioso el manjar, mejor diría suculento sobre un trozo de pan que no te quepa en la mano. Quedo en paz.
Lamento dejar, hermano, mis
dos entretenimientos: hacer roscos de
sartén, ponerme
a la lumbre presto con
buen vino y alimentos. El harakiri después, y a pierna suelta, durmiendo.
También tengo que decir
que yo solo no podría,
hacer la confitería
ni que soy un buen gourmet
y que solo he fabricado
estos roscos de sartén:
mi mujer estaba al lado
de mi y yo sin ella no sé,
-y de esto si sé un rato-
ni fregar un simple plato,
a no ser por su entender.
Gracias le debo ofrecer.
También tengo que decir
que yo solo no podría,
hacer la confitería
ni que soy un buen gourmet
y que solo he fabricado
estos roscos de sartén:
mi mujer estaba al lado
de mi y yo sin ella no sé,
-y de esto si sé un rato-
ni fregar un simple plato,
a no ser por su entender.
Gracias le debo ofrecer.
¡Madre mía, te pusiste tibio!
ResponderEliminarY... ¿la compañia qué...?
También es importante...
Me gusta el ambiente narrado, sólo que hoy hace mucho calor y me cuesta un poco más imaginarlo... jejejejeje
La compañía es tan importante que si no hubiese sido por ella no habría hecho nada: ni los roscos ni el poema. Buen apunte.
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