Cristóbal Encinas Sánchez
Devuelvo lo indigerible y sigo sin
ser procedente
porque no puedo aguantar tanta
cordura.
Talento, eso es lo que quiero
y no me hartaría de tomarlo hasta en
la sopa.
¡Ah, qué aburrimiento, saber lo que
tienes que hacer todos los dias,
sin una posibilidad de escarmiento ni
de decencia!
No puedo estar cruzado de brazos
viendo lo que pasa
sin saber cantar un solo de justicia y
de esperanza.
Me ahoga el consentimiento de cosas
absurdas
y escuchar al bolo desesperante que
vocifera.
Ahora quisiera más talento
y la sobriedad para aplacarlo todo.
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