¡Señor taxista!: Por favor, pare allí, que es donde he
quedado con dos aceituneros. No he tenido tiempo de llegar antes, pero me
dijeron que a la altura del km 4 está el tajo donde empezaremos hoy, muy
temprano, a recoger la aceituna, aunque tardíamente, pues el propietario decidió
dejarlas en el árbol un mes más por eso del rendimiento. La suerte -si se puede
llamar así a esta perra dentro de la calamitosa crisis de valores que hay- es
que los olivos tienen los ruedos hechos y
tampoco han venido vendavales de aire ni tormentas. Como usted sabe mejor que
yo, no hay casi cosecha. Los jornales -dijeron hace unos meses- se reducirían hasta la quinta parte de los que
hubo en la campaña anterior. Y como los italianos y los chinos nos lo compren
todo, creo que vamos a tener que echar en el pan aceite de soja. Ya le
he dicho a usted antes que en esta finca no hay trabajo más que para una
semana, por lo cual me iré después para la
fresa. Y, cuando acabe esta, partiré para Suiza o Alemania, como el año
pasado. Allí, si tienes suerte, puedes ir tirando pero como no encuentres
trabajo en los primeros días, con el poco ahorro que he conseguido tener, las
puedo pasar canutas, y lo malo es que no hay dinero para regresar. Mucha gente
de la que se fue con contrato legal, respaldada por el Estado y con previsión
de que le dieran clases de idiomas, se han visto engañados y mermados sus
sueldos, por lo que no pueden vivir
dignamente. Y se están viniendo a España. Menos mal que tenían sus buenas
carreras en Informática, en Empresariales o Enfermería. Todo ha sido un camelo.
Cuando me fui de aquí el año pasado, las
brevas ya estaban muy grandes y este año apenas están aflorando. Seguro que no
habrá tampoco buena cosecha, ya sea por la continuidad de la ruina o por los malos
augurios que tengo. ¡Ojalá me equivoque! Lo que sí tengo en mente es que el año
que viene quizá no venga por Jaén y me quede en el km Cero, a ver si
allí me tropiezo con algún exministro que ande por las inmediaciones y me pueda
encaminar hacia un trabajo, aunque sea de limpiabotas, porque por justicia me
corresponde. Y es que como las cosas están
tan a ras de suelo, a lo mejor me llegase el momento de tener hasta buena suerte,cosa que les deseo a todos.
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