CRISTÓBAL ENCINAS SÁNCHEZ
(LEMA: LA IMPORTANCIA DE GUARDAR SILENCIO)
Los tabiques del salón de mi piso son de muy
poco espesor. Una noche, sobre las dos de la madrugada, me di cuenta de que el volumen de mi
televisión era elevado y podría molestar a los vecinos. Tan a gusto como estaba,
tendido en mi sofá, tuve que levantarme por temor a que mis vecinos sospecharan
que yo veía películas de dudosa reputación. La protagonista del film no hacía
más que gemir y pronunciar de forma melosa: "¡Jesús, Jesús!"... Es que, casualmente, ese es también mi nombre de pila. Comprendí, en el momento, la importancia que tiene el guardar silencio, sobre todo en lo concerniente
a tu vida privada. Pero es que era una
voz muy sensual, y para mí escuchar a aquella mujer, simulando estar realizando
el acto sexual y, al borde del orgasmo, eran unos momentos de lo más fantástico.
Con el transcurso de los años he reflexionado mucho. Me he dado cuenta
de que si ahora en la edad madura tenemos
sexo, eso será lo que hagamos cuando seamos viejos con cierta asiduidad y con
su correspondiente credibilidad.
Y si no te creen, tal vez podrán deducirlo por los momentos
en los que bailaste el twist.
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