Cristóbal Encinas Sánchez
Duros
días los que están sufriendo impunemente estas personas
que
pasan las fronteras buscando nueva vida,
que
huyen de la guerra que les castiga injustamente.
Pero
la Inhumanidad de la gente es muy cruel.
¿De
qué estamos aprendiendo todos?
¿Hacia
qué bestia nos encaminamos?
Si,
aturdidos, hemos perdido el Norte,
¿quién
nos reconducirá por esta jungla desalmada?
¿Dónde está el hombre nuevo?
que
aprendió mil veces de sus padres
que
la guerra nunca es buena,
que
estudió comportamientos y saber estar,
Filosofía
y otras carreras de Humanidades,
y
que vivió las épocas de la Prosperidad.
Creo
que la injusticia lo invade todo
y
todos estaremos proclives al daño,
esperando, anclados, a vivir sus consecuencias.
Esto
no nos lo enseñaron nuestros maestros.
Las
personas no debemos de permitir nunca
que
pasen cosas tan horrendas delante de nosotros:
son una
tara que descompone a la Humanidad.
Por
eso clamo al cielo: ¡sin murallas!,
y así tener un poco de esperanza.
y así tener un poco de esperanza.
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