CRISTÓBAL ENCINAS SÁNCHEZ
Me quedé adormilada, recostada en el sofá que siempre
utilizaba para pasar las horas en que me sentía sola. Aquella noche había bebido un poco más de lo corriente, y la verdad, me
fui amodorrando al compás de una vieja canción de una película sosa y olvidada como yo.
Cuando desperté tenía ganas de tomar algo fresco, sin alcohol, por
lo que me eché un trago de una infusión de manzanilla de un tarro que guardé en la nevera. Después, intenté
irme a la cama, y al momento se me nubló la vista y me dieron náuseas.
Seriamente, empecé a pensar en que estaba embarazada.
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