El TIEMPO
LANGUIDECE Cristóbal
Encinas Sánchez
Que el tiempo languidezca
con
la mezquindad con que se obra;
que
del todo, nada hay que dar por concluido, ni decirlo todo, a veces
Así somos,
no conformes manifiestos;
y siempre te he de saludar yo
en
el preciso momento de cruzarnos.
¿No
ves mi mirada resuelta a no mirarte,
que caza el
impacto de tu aspecto?
Tienes la presencia inquieta
y
el circular de los ojos fuera de su espacio;
negada la expresión del rostro
en
el ignorado transcurrir del día.
Está como cansada tu cabeza
y
el respirar entrecortado te delata.
¿No
será quizá por miedo a dar respuesta
a
tus vaivenes obcecados
que te tienen anclada al deseo y
a la palabra?
Que sea de otro el tiempo aletargado,
que
el mío yo lo ofrezco en canto vivo
que nace
de claros horizontes
y surge
al próximo suspiro:
el
de crecer a la vida prontamente,
y aferrarme al abrazo con el mundo
que
necesita ser así aprehendido.
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