CRISTÓBAL ENCINAS SÁNCHEZ
Humea el
pabilo del candil a punto de extinguirse.
Cojo mis gafas para leer un poema
antes de
acostarme.
A la luz de la luna he podido leer el último
verso
con letras aun más grandes, en
mayúsculas:
TE QUIERO.
Ahí quedó el
poema que te escribí anoche,
antes de que
me dieran tu carta.
Después la
leí y me quedé sorprendido,
recapacitando:
¡si no entiendo su significado!
Pero me
atrevo a seguir leyendo,
sin aceptar
la razón que ella me diera...
Enciendo
otro pabilo del candil y espero
esta vez con
mi corazón maltrecho,
con un
llanto apenas contenido,
porque no
encuentro tampoco un motivo
que dé lugar
a borrar aquel último verso.
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