Esta es la noche extensa y fría
en que das tu suspiro al blanco viento
que muestra ansias por liberar tus huesos
y a nosotros nos roba la alegría.
Vemos alejarte poco a poco,
y aún estás anclado a nuestro pecho,
al corazón atado, insatisfecho,
con un ritmo de amor muy caudaloso.
¡Tú, hermano!, eres ya como el cometa,
nada puede pararte en tu camino
de plena libertad y claro sueño.
Voy a buscar por el cielo tu silueta
con amor que te tengo sin olvido,
segura de seguirte a ti queriendo
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