Cristóbal Encinas
Sánchez
La primera
vez que se emitió en TV la serie de El pájaro espino, nació mi hija. Los protagonistas
principales fueron Richard Chamberlain, Rachel Ward y Bárbara Stanwyck , entre
otros. Fue una película romántica y nos gustó mucho. Cuando terminó esta, nos acostamos.
A las tres
de la madrugada me despierta mi mujer, diciéndome: "He roto aguas". Sin demora nos
levantamos y nos preparamos para ir al hospital. Cogí la bolsa con todo lo
necesario y mi Renault 5, que lo había comprado
cuatro meses antes previendo lo mismo, y nos pusimos en camino. Nos hicieron el ingreso y solo quedaba esperar
tranquilo a que todo se sucediera con
normalidad, aunque con lentitud hasta el
alumbramiento.
Los dolores comenzaron
a manifestarse flojos a las 03:40 h como un amago para entrar en faena. En
ese momento cogí un papel que yo había dejado
antes en la mesilla y apunté la hora. A
continuación le puse un asterisco y lo aclaré: "significa que el
dolor es aún pequeño".
A medida que
van llegando los dolores, y mediante convenio tácito con mi mujer, establecemos
que según la intensidad de los mismos en esta sucesión
irregular de ellos y hasta que acabara el proceso, me lo haría saber con un simple apretón de manos. Al siguiente
dolor, me apretó con mayor fuerza. Yo
apunté dos asteriscos y la duración que tuvo. Así, transcribiendo al papel estos
datos, me iba yo haciendo una composición de que el proceso seguía con regularidad.
Al menos eso creí.
Sobre las
siete de la mañana, cuando el doctor Martínez la llamó para llevársela al
paritorio, acabarían mis sobresaltos. Llegué
a apuntar hasta cinco asteriscos, que fundamentaban el mayor sufrimiento. Mis
manos también lo agradecieron, porque varias veces llegó mi mujer a clavarme las uñas, cosa que nunca me
hizo con anterioridad.
Pasó un
cuarto de hora cuando el doctor preguntó: "¿ A ti qué es lo que te pasa?", diciéndoselo
a mi hija recién llegada. Porque ella no lloraba desconsoladamente, sino que
mascullaba disconforme con una simple imitación al lloro. Daba la impresión de
que la había despertado de un apacible sueño del que la habían sustraído sin su
permiso. Sencillamente, estaba un poco molesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario