CRISTÓBAL ENCINAS SÁNCHEZ
El
otoño va labrando con pulcritud exquisita
los
perfiles y colores de todas las plantas.
El
paso incansable de los días nos aproxima
al
invierno donde todo permanecerá quieto,
latente,
para resurgir luego
cuando
vengan los cantos de una inusitada primavera
que
dejará traslucir sus bendiciones.
Mientras tanto, la estación callada
va
colgando las últimas postales en su nostálgico trayecto.
¡Vive!, otoño, que todo lo sugieres y
trasminas,
volviéndote
a pares de colores infinitos.
Elogiado tu recuerdo, siempre hay alguien que
te observa
y te enmarca en un reflejo.
Y
tú has de saber que has conseguido ser
perfecto.
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