http://ferliteraria.blogspot.com.es/

Translate

lunes, 7 de enero de 2019

OBRAS DE AMPLIACIÓN



CRISTÓBAL ENCINAS SÁNCHEZ

        A las seis de la mañana, cuando todos dormían, el puñetero se despertó pensando en las tareas que iba a realizar cuando amaneciera. Intranquilo, se levantó sin encender el candil, para no despertar a la familia. Situado detrás de la ventana, ladeó la cortina y echó un vistazo por una rendija. Apareció la luna en lo más alto: estaba llena, radiante. Pensó que con tanta luz era suficiente para lo que iba a hacer.

Se dirigió al piso de arriba, donde están las cámaras. Allí tenía un montón de haces de esparto almacenados. Desató uno de ellos y extrajo tres mazos para majarlos, estimando que con ellos tendría de sobra.
Se salió al huerto, en dirección a la piedra de machacar, un bloque de granito con cantos redondeados y dimensiones apropiadas. Necesitaba hacer tres sogas buenas para realizar el acopio de materiales en la construcción de un nuevo dormitorio y un aseo. Eran familia numerosa y se les quedaban pequeñas las estancias, pues pronto nacería su sexto hijo.
Con esta idea fija, se puso a machacar el esparto. Con su natural entusiasmo y la insistencia de los fuertes golpes, trascendió el ruido al interior de la casa: vibraban los entresuelos, los escasos cuadros y los cristales de las ventanas. Poco a poco se fueron despertando casi todos los durmientes.
Cuando el hombre tenía preocupaciones, dormía poco, y saltaba de la cama sin remilgos. No se andaba con pamplinas, incluso ni caía en la posibilidad de que podía molestar. Había que trabajar duro y nadie replicaba.
Sus hijos ya estaban acostumbrados a sus actuaciones, y dos de los mayores se levantaron prestos a ayudarle. Él estaba muy contento de que lo hicieran cuando le hacían falta, seguros de que eso era lo procedente. ¿No? Entonces eran otros tiempos.

          

No hay comentarios:

Publicar un comentario