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viernes, 17 de mayo de 2024

Manifestación por la Sanidad Pública

CRISTÓBAL ENCINAS SÁNCHEZ

          En la plaza de Jaén por la Paz, en Jaén, el día 7 de abril se les dio la bienvenida a un grupo de manifestantes que venían andando desde Linares, tras unos días empleados en el recorrido. En una gran pancarta se podía leer: Plataforma de Linares en defensa del sistema público de Pensiones. Para recibirlos, mediante pequeñas pancartas, los pensionistas que los estaban esperando, manifestaron su lucha por la Sanidad Pública. Aquí, en este lugar, se juntó la mayor parte de la gente que estaba apoyando esta protesta. Había una serie de consignas y lemas sobre el tema que se cantaron y corearon por los asistentes: "Hay mucha riqueza para Sanidad pero la quieren privatizar", "¡Qué barbaridad, la nueva Sanidad, si pagas, te operan, si no, lista de espera!", "Ya me han dado cita en el hospital justo para el día de mi funeral", "Contra los recortes en Sanidad, Unidad, Unidad y Unidad", "Hemos aplaudido a los sanitarios, y ahora aquí pedimos que les suban los salarios". Al final del recorrido se hizo una reflexión sobre los problemas que acosan a la Sanidad Pública, por ejemplo la desviación de dinero de los presupuestos para los hospitales y clínicas privadas. Se mencionó que, gracias a ello, la Sanidad Pública se queda con menos dotación de personal sanitario porque se van a la sanidad privada, y las listas de espera se prolongan más meses de lo debido. La Coordinadora Andaluza de la marea blanca considera que el gobierno está dejando a un lado a la Sanidad Pública. La atención primaria no se puede olvidar y la enfermería es fundamental. La bolsa de empleo del S.A.S. no se actualiza y por tanto muchos enfermeros y enfermeras se tienen que salir fuera. También se volvió a reiterar que Salud Responde no puede estar en manos privadas y que la Salud Mental no puede estar relegada. Defendemos la Sanidad Universal, Pública y gratuita, digna y sin recortes.

          Para cerrar el acto se dijo de viva voz: ¡La Sanidad Pública no se vende!, y se dio un aplauso con mucha satisfacción y aquiescencia de los asistentes.


miércoles, 15 de mayo de 2024

NEFASTO

 

CRISTÓBAL ENCINAS SÁNCHEZ

            Nefasto era abominable por naturaleza, y nada más que levantarse de la cama. Podía estar muy dicharachero por la mañana pero siempre acababa discutiendo y enfrentándose a todos.
         Tanto si iba a favor, o en contra de los acontecimientos, era muy obstinado y así se enardecía él mismo. Parecía vivir en continua contradicción, por ello, cuando hablaba, ya nadie le escuchaba, y sufría mucho; irónicamente, sus amigos se sonreían, y con la mirada perdida no movían ni un músculo del rostro, manifestando una ausencia auditiva total. Claramente, se veía un complot entre ellos. Esto le ofuscaba y le predisponía al malhumor continuo porque denotaba desprecio.
         El día de su quincuagésimo cumpleaños se propuso ser más transigente y menos desgraciado, por lo que decidió no hablar más que lo imprescindible. Se reprimió en exceso y pudo comprobar que este hecho le favorecía. Ahora cuando se cruzaba con alguien, simplemente hacía un movimiento de cabeza, acompañándolo de un abrir y cerrar de ojos y, con un movimiento simulado de labios, parecía responder al saludo.
         Por fin, Nefasto había cambiado su actitud con la gente. Consiguió ser amable y escuchar a sus rivales. La gente comenzó a estar encantada con él. Pero él ya no era el mismo.

martes, 30 de abril de 2024

Suprimir las guerras

 

CRISTÓBAL ENCINAS SÁNCHEZ

Sé que lo que yo piense será irrelevante casi para el cien por cien de las personas. No trataré de imponerme solo por el mero hecho de hacer prevalecer mi idea. Trato de dar unas pinceladas, más o menos importantes, que puedan llamar a la reflexión, ofreciendo mi opinión.

 "Matar a su casera, que la troceen y repartan sus restos en la inmediaciones de su casa". ¿Qué sentimiento, o inflamación mental, ha sorprendido a este asesino para llegar a la conclusión de matar a un ser humano de esa manera? Hay personas que se toman la justicia por su mano, bien porque culpen a la persona asesinada de una acción tan vil que es comparable con la suya, y por eso se ponen a su misma altura y actúan criminalmente.

Cuando son otras acciones menos violentas, casi con apariencia de consentidas, como las de un agresor sexual o un violador camuflado, tras un juicio justo sin sentencia firme, sale a la calle el condenado –aunque en última instancia sea juzgado con el resultado de una mayor pena que en la primera–, eso ya está dentro de una conformidad que, aun no aceptándose del todo, es legal y más humanitaria. Por descontado, a las víctimas siempre les asistirá el derecho a ser resarcidas por el sufrimiento y la ignominia que han padecido.

La justicia, sea en el país que sea, ha de aplicarse de acuerdo a la ley. La pena impuesta, aunque no haya acuerdos internacionales, debe de prevalecer y así, cada Estado, igualmente debería de hacerse cargo y meter en la cárcel a los condenados de su propio país.

No estoy de acuerdo con la pena de muerte, que actualmente sigue aplicándose en 58 países (en otros treinta tienen una moratoria), porque no es justa su concepción ni su aplicación.

 Haciendo este tema más extensivo, la guerra nunca es justa y por ello todos los países de la Unión Europea y del resto del mundo deben colaborar intensivamente en convencer a los mandatarios de los países agresores o promotores de las guerras para suprimirlas cuanto antes, y no sigan creciendo las incesantes muertes que hasta ahora se están perpetrando.

sábado, 17 de febrero de 2024

ACUÉRDATE DE QUE YA ES PASADO


CRISTÓBAL ENCINAS SÁNCHEZ

Acuérdate de que ya es pasado

y de que volverán a estar las golondrinas

de tu juventud y de tu infancia

en un paño de rosas enmarcadas.

Acuérdate de que ya es pasado

y que hiciste las cosas buenas que quisiste,

las que te acariciaron febrilmente la cabeza

y te impulsaron a muchas horas de embeleso.

Acuérdate de que ya es pasado

y de que te equivocaste mil veces en tu empeño,

en las noches inquietas y tranquilas,

buscando un amor por desamor preso.

Acuérdate de que ya es pasado

pero sigue escribiéndolo en los libros de plata,

emborronándolos, marcándolos

con un brazado de bondades y de antojos.

Acuérdate de que el pasado pasa

aunque tú seguirás danzando

por las esquivas plazas de la vida,

buscando en el mañana tus conquistas.

Acuérdate también que otro futuro

puede ser muy fácil alcanzarlo:

simplemente un lloro, una emoción sublime,

y seguirás sintiendo en tus entrañas

las auroras azules que lograste.

jueves, 23 de noviembre de 2023

ARRULLO


(Cristóbal Encinas Sánchez)

Alud y arrullo, como un canto al día,
confinado en tu recinto amoroso,
resististe a salir, no presuroso,
de tu morada en meses de vigilia.
Reunidos en los últimos momentos,
tus abuelos, tus padres y tus tíos
te esperamos con gusto y optimismo,
llevamos aguardando tanto tiempo.
Fuiste sorpresa, nos diste el aliento
hasta el último esfuerzo de tu madre,
que dilató tu mundo y así viniste
en un feliz y ansiado advenimiento
ante la fiel presencia de tu padre.
La luz sonó y quiero ahora decirte
que las horas crecieron para amarte.

miércoles, 28 de junio de 2023

LA MATANZA DEL CERDO

Cristóbal Encinas Sánchez

                  Era a mediados de noviembre, las ocho de la mañana, apenas se veía. Subidos a la tapia del corral, varios niños esperaban la matanza del cochino más grande que habían visto. Decían los de la casa que pesaba veinte arrobas. Se habían levantado muy temprano para ver con todo detalle los pormenores de tan meticulosa operación.

              El matarife había afilado convenientemente sus cuchillos de varios tamaños. Un gancho grande, con un gran curva por un lado para adaptarse a su muslo, desentonaba por el otro extremo con un pincho retorcido. Mientras, el agua hervía en la caldera puesta al fuego, borboteando de manera escandalosa por la rápida combustión de las aliagas.

               Una botella de aguardiente seco se coge a la mano del más sediento para echarse un trago y lo comparte con los que forman el cortejo fúnebre. Este acompañará, en la retaguardia, al osado matador hasta la zahúrda, donde duerme tranquilamente el marrano. El pequeño rumor que lo despierta no es usual, es sigiloso, y lo asusta a esas horas tan desacostumbradas de un día un tanto raro.
               Los niños se quedan a la zaga y ven cómo el agresivo portador del nefando instrumento se acerca silencioso al indefenso cerdo, si acaso hablándole con un ligero gruñido de confianza, para calmarlo. Mal lo lleva si no lo engancha bien por la barbilla a la primera vez, pues sufrirá aún más. Su asesino da un fuerte tirón con el gancho y le clava por debajo del labio, en el maxilar inferior. La triste comparsa le socorre al momento con unas manos empeñadas a las orejas, al rabo y a los cuartos traseros.
                Se arrastra al que va al sacrificio y, sobre un banco de madera con fuerte armazón, se tumba al desdichado. ¡Qué pena, cómo chilla desconsolado! Se encuentra solo, afligido viendo venir todas las traiciones. Cada uno de los asistentes tira para un lado, lo tienen maniatado, casi no puede respirar y le están dando la irritación más dañosa de su vida. Los cardenales le están brotando por todo el cuerpo y sus carnes se endurecen. Hay un hedor de muerte que trasmina y que es más fuerte que el de las heces que se le escapan, abundantemente, al maltratado.
                Un surtidor de sangre casi hirviendo sale tras clavarle en la garganta el certero puñal y esta empuja la mano del matarife. Al momento cae en un torbellino al lebrillo para ser removida por una mano delicada y ágil que la estruja, y así se va haciendo la molleja. Atrás quedan las horas placenteras comiendo aguanosos higos y otros frutos, tomates y bellotas; las revolcadas del verano, que se prolongaban durante horas en los charcos del huerto bajo las higueras. La vida no le durará ya más que un minuto.
                Alguien le dice a los chavales que se acerquen y le den vueltas al rabo, porque es la manera de que no se le quede ni una gota de sangre en el cuerpo. Después del último estertor, ya exánime, los niños, frunciendo el ceño, van con el dedo dispuesto para tocarle las orejas, los ojos y la lengua, y ven la muerte. Han comprobado que ya no se quejará más, después de tantos quejidos y esfuerzos para escaparse.
                De sus carnes saldrán los chorizos, los tocinos, la butifarra y las morcillas ansiadas esta misma noche. Su manteca se utilizará para hacer los mantecados de la Navidad y las tortas de chicharrones, aparte de untarla en una rodaja de pan tostado en la lumbre.

                 De él, todo se aprovechará menos la gracia de sus andares que le robaron. Pero esta quedará impregnada en la esencia en sus jamones, para el disfrute de los que durante tantos meses lo cebaron.

lunes, 26 de junio de 2023

UN CERDO OBEDIENTE

Cristóbal Encinas Sánchez

            Un amigo le preguntó a otro que tenía el raro oficio de porquero, que por qué siempre se jactaba de que sus cerdos le hicieran caso cuando les hablaba para que no se metieran en fincas ajenas. Le respondió que estaban sembradas de hortalizas y para que no las destrozasen, los nombraba. Simplemente lo hacía por satisfacción para que aprendieran. 

                Reacio el amigo a creerse estas bromas, que le parecían una exagerada tomadura de pelo, le propuso que se echaran una apuesta, allí donde pacían, y comprobarlo por él mismo. El porquero le respondió que no tenía inconveniente en demostrárselo, y el otro aceptó de buen grado.

Le preguntaría algo muy personal a uno de los cerdos y que este, seguramente, le contestaría. Y que la respuesta se la daría haciendo ligeros movimientos repetitivos de su extremidad trasera izquierda. Comenzó la prueba.

                El cuidador se acercó al cochino y, con voz susurrante, le preguntó:

                —¿Cuál es la pata del porquero?  

                El cerdo lo miró muy atento, como pensativo, pero no hizo ningún gesto especial con su extremidad, por lo menos de momento.

                —Te lo diré de otra manera – entonces le hizo un extraño ruido con la boca: "tlo, tlo, tlo"...,pero nada.

                Se acercó un poco más al cerdo, mostrándole la mano y haciéndole un gruñido que él conocía bien: "uhrrr, uhrrr... Acto seguido empezó a rascarle el lomo y al cerdo, inmóvil, parecía gustarle. Siguió rascándole por la barriga, sin prisa. Continuó de forma suave hasta que el marrano dio muestras de querer tumbarse. Se arrellanó y se tumbó, cómodamente, sobre su lado derecho. El hombre le rascaba sin pausa y el cerdo resoplaba, ostensiva y placenteramente. Este rascar continuo se alargaba en un ambiente de relajado que al animal le producía una ligera somnolencia; siguió pasando la mano por  la frente, la papada, el pecho, las nalgas.

                Con una voz pausada, el hombre se disponía a hacerle la misma pregunta otra vez, sin dejar de acariciarle en el pabellón de la oreja. Le habló a este como si lo hiciera a una persona ávida de recibir sus palabras. Y en ese instante se produjo el milagro: fue cuando le introdujo el dedo índice en el oído y lo sacudió varias veces, con ritmo, a la vez que le preguntó:

                —¿Cuál es la pata del porquero?

                Automáticamente, como un resorte, el animal levantó su pata izquierda y con un movimiento convulsivo la zarandeó varias veces queriéndole decir:

                —"Esta es la pata, esta es".

                Después de la demostración, descansó el cerdo llevando su pata sobre la otra en reposo, feliz. Con rotundidad, el porquero se dirigió a su amigo:

                —¿Te has dado cuenta, hombre, cómo responde a mi pregunta?

                Este se quedó un poco extrañado pero se reía a carcajadas cuando el porquero insistió otras dos veces más con la misma pregunta y el animal dio la consabida respuesta. ¡Increíble!