Cristóbal Encinas Sánchez
En los años noventa del pasado siglo se hablaba de establecer un Plan Hidrológico Nacional. Comenzaron los trámites que culminaron en un proyecto gigante en 2001, para aprovechar las aguas de toda España. Una cosa que se comentó antes era que se canalizarían las aguas de los ríos desde la zona cantábrica, muy caudalosos, para el resto de la España seca. Este punto constituiría el recurso más importante para socorrer, en tiempos de escasez, las zonas más secas, como Andalucía, entre otras. Esta idea estaba en ciernes, y llevarla a cabo para el año 2010 era un reto. Este proyecto se amplió o modificó en los tres años siguientes. Después ya no oí hablar de él. ¿En qué medida se habrían realizado sus pretensiones? Ahora, a los doce años, ante la descomunal sequía, la más grande desde los años 60, con los pantanos a menos del 30 % de su capacidad, me lo pregunto. La guerra de Ucrania ha afectado para que todos los males se incrementen. Ha subido el costo de la vida, aparte de los seres humanos asesinados, cosa incomprensible en este siglo. Como nos vemos en esta prolongada escasez, ¿no sería consecuente retomar aquella idea primigenia de trasvasar parte del agua de los ríos cantábricos para que en un futuro nos salvara de las consecuencias de la sequía que ahora nos está atormentando?
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