CRISTÓBAL ENCINAS SÁNCHEZ
Soy tu médico. Ven a mí cuando estés enfermo. Para sanarte, has de hablarme claro y preciso. Cuando te pregunte, no escondas nada: tu opinión me interesa para curarte. Pregúntame tú si tienes necesidad de ello y no lo dejes.
Piensa que no dispongo de todo el tiempo, pero sí el que tú necesitas pues atiendo a otros pacientes y estoy muy ocupado estudiando vuestros síntomas.
Quiero que sepas que todos mis esfuerzos y desvelos están dirigidos a conseguir que tu salud sea excelente. Si la alcanzas, yo también conseguiré una gran satisfacción, y esa será mi recompensa.
¡A ver!, ahora yo te escucho: ¿dime, qué te pasa?
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