Cristóbal Encinas Sánchez
Los combustibles nos están dado mucha energía –siempre nos la han dado–, pero también mucho que pensar. Estamos inmersos en ese vaivén de las ganancias que quieran obtener las petroleras. La economía parece un carrusel donde los columpios no es que se muevan, más o menos sobre un eje vertical, es que suben y bajan por colinas imprevistas, y no sabes si te vas a salir en una curva. ¿De verdad que el Gobierno no puede hacer nada más? Eso de la subvención al cliente en las gasolineras se ha quedado antiguo y no a la altura de las circunstancias, como ya preveían algunos periodistas. Como dice el refrán : "Hecha la ley, fabricada la trampa". Desde que se aprobó la ayuda en beneficio del usuario del combustible, se han ido subiendo los precios y no sabemos por qué exactamente pero estamos casi como antes. Estamos en una época muy cara con todo lo que llevamos detrás de una pandemia a la cual no llegamos a dominar ni sujetar. La amenaza en Ucrania la tenemos pendiendo sobre nosotros como una pesa que nos persigue y no podemos pasar de su sombra. ¿Es que todo el que pueda tiene que sacar el provecho máximo? La mentalidad de la gente, en general, no va por buenos caminos, creo. Y no nos la deben de cambiar los acontecimientos. Y debiéramos proseguir como hasta antes de estas iniquidades.
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