http://ferliteraria.blogspot.com.es/

Translate

viernes, 23 de enero de 2015

EJÉRCITO MALIGNO

CRISTÓBAL ENCINAS SÁNCHEZ  
                                                                       
        La fachada de aquel destartalado inmueble tenía un aspecto desaliñado que no pasaba desapercibido. La puerta era de acero oxidado y llamaban la atención sus aldabas y adornos hechos de filigranas antiguas con temas de guerra y sacrificios. Se sabía que en el recinto entraban seres abominables por las noches, y cuando salían de madrugada eran figuras transformadas, encapotadas, que montaban briosos corceles negros que desaparecían como una exhalación. 
Sus siluetas mostraban unas cabezas desproporcionadas, igual que sus extremidades y unos ojos luminiscentes cargados de odio. Se decía que estaban desposeídos de humanidad, llenos de vicios y maldades inimaginables, que a su paso por los pueblos dejaban un rastro de terror incomparable. Aparecían todas las flores cortadas y esparcidas en las calles, manchadas con vómitos de sangre, y arrancadas de cuajo orejas y narices ensartadas, formando macabras guirnaldas. Así disfrutaban en su desenfrenada carrera de desolación.
Antes de llegar el día se refugiaban en cavernas y en simas nunca descubiertas, donde nadie pudiera entrar y sorprenderlos. Cuando el crepúsculo se acercaba a su ocaso y daba paso a una oscuridad total, entonces ellos proseguían con su actividad maligna. La gente que habitaba sus pequeñas casas se horrorizaba por los alaridos y estridencias que producían. Los animales presentían el mal agüero y salían de sus madrigueras atropelladamente, como si se hubieran vuelto locos. Después eran cazados y, previamente sacados sus ojos, los engullían.
Los únicos lugares que no visitaba la repugnante jauría eran los reductos donde el amor se manifestaba generosamente y, a primera vista, donde reinaba un estado de confraternidad y armonía.


No hay comentarios:

Publicar un comentario