http://ferliteraria.blogspot.com.es/

Translate

jueves, 9 de febrero de 2017

TE PROPONGO UN TRATO


Cristóbal Encinas Sánchez

Hola, Silvia: Siempre he tratado de cumplir lo que prometo, salvo cuando estaba en la escuela y los niños jugaban a darme vueltas en mi silla y me mareaban; entonces los amenazaba, pero mis amenazas eran de dulce, nimias e instantáneas. No me gusta crear malos rollos o permanecer enfadado con una cara tan larga que me llegue al suelo, ni que mis miradas sean recelosas. Me gusta la conversación afable como ahora son contigo mis palabras.
Te escribo –tengo tantas cartas guardadas– a pesar de estar viéndonos desde hace años y nunca haber tenido la ocasión de conocernos, para proponerte, si me lo permites, un trato: "No dejes transcurrir un momento sin que aflore en tu cara la sonrisa". Yo haré lo mismo. A cambio te ofreceré mi ayuda, si lo estimas oportuno; cuando tengas un problema que te agobie, o no puedas solucionar, dímelo.
Si tu padre lo permite, puedo acompañarte hasta el trabajo y luego te esperaré a la salida. Ya sabes que todos los días te veo llegar y despedirte de tu hijo pequeño, al que besas con tanto amor que me recuerdas a mi madre. Esto me conforta y me da el primer aliciente para pasar el día.
No sé si te has dado cuenta de que mi parálisis no me impide el desarrollo normal de mis actividades desde mi silla. Tú me has visto algunas veces en el jardín, plantando el césped y cuidando de él, porque estos quehaceres  me dan vitalidad. En los días tardíos del otoño, preparo mis arreos y planto mis árboles preferidos, que siempre agarran bien. Tengo mucha suerte en ello, pero también  lo hago con mucho cariño porque además  esta casa será algún día de mi propiedad.
Perdona mi atrevimiento por meterme en tu vida, pero te estarás dando cuenta de que quiero llegar a tener un compromiso contigo. Todo el día estoy pensando en ti. Así, mis días son más alegres, ocupados y fáciles. Las horas se me pasan más ligeras al verte pasar por mi puerta. Cuando traspones, me digo: "¡Qué hermosa es!".
Me complace observarte, cómo andas, qué soltura manifiestas y qué donaire. Después, por la tarde, me aplico a la lectura, a escribir algún poema de amor o a recortar recetas de cocina.
Aunque estoy muy nervioso, voy a decírtelo claramente: Me gustaría que me dijeras que no te disgusta mi compañía. Nunca he visto a ningún hombre a tu lado, salvo a tu padre, en estos cuatro años. Me he preguntado mil veces si yo podría hacerlo. No hace falta que me contestes de inmediato, porque ahora, lo que más me urge es decírtelo.
Después soñaré contento esperando tu contestación. De este intento de amistad espero que salga una relación satisfactoria pues, esta vez, sí echaré la carta al correo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario